viernes, 7 de octubre de 2011

Be quiet

El nene acerca sus labios al colágeno. Lento. Tal vez teme que se filtre un diente y lo pinche.
La besa de a poco. Primero cerca de la oreja. Tantea. Y después va para el cachete, el cachete gordo, vecino de esos labios pulmonizados con aceite. Ella le dice "aia", que sea menos torpe. Pero sus labios confunden al colágeno con un chupetín o alguna sustancia adictiva de la niñez. Chupa y ella se seca diciendo "aia". El gustito dulce del dolar se expande y se mezcla con los olores corporales.
El contexto: excursión. Unos 20 niños de uno de esos jardines de infantes que antes de aprender a decir mamá dicen mother, están visitando por primera vez un subte.
Ellos miran, sorprendidos. Sus mamás también. Las maestras gritan. Y las madres cuchichean. "Ah, hay que pararse re rápido porque frena poquísimo tiempo en la estación", le dice una a otra, mientras el vagón se llena de conejillos de indias. La otra madre asiente, preocupada. Así viajamos acá abajo, mother, debajo del nivel del mar, donde los colágenos explotan. Be quiet.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ríodelaplata

Murallita porteña,
ese día te pintaste de blanco
o de gris.
Depende de los vientos,
murallita.
Depende de los cuerpos
que duermen en tus olas,
de las latas de tomate
que recortan tu arena.

Murallita porteña,
ese día me dijiste hola.
Lo escuché,
y le conté a papá,
murallita.
No sabía que no sabía
quién eras.
No sabía por qué me invitabas.

Murallita porteña,
ese día estabas inmensa.
Quién pensó en dejarme
frente a tu muralla.
Pálido, tembloroso, ansioso.
Acelerado, enceguecido, enamorado.
Quién pensó esta historia,
de adopciones forzadas que algún día sonríen.
Quién pensó en quererte,
murallita.
Quién fui yo
frente a esa muralla
que hoy abrazo.

lunes, 10 de mayo de 2010

Sí, señor

Voy a escucharte
y mi cuello subirá
y bajará
una y mil veces
pero nunca para los costados
porque así debes ser feliz
aunque sea esos segundos
que dura tu orden
o tu pedido grandilocuente
que hace de tu boca
un imperio
de palabras desfilando
como soldados.

Pero llega la noche
y tu cama
te enfría la médula
hasta mañana
cuando entres y digas hola
y escupas un misil
o un soldado atragantado.

jueves, 15 de abril de 2010

Gotera

Hay una gotera
goteando sobre mi cama,
pero yo duermo
y sueño con lluvias de desierto,
con una gatorade helada,
y un vaso de coca con hielo
que salpica mis manos
con gotitas de gotera
o de sueños que me secan
el colchón mojado.

Medicados

Buzo polar, chaleco polar. Afuera hacen 20 y pico de grados y Lily tiene frío. Sssssssss, se queja despacito, con la voz dormida y los ojos cerrándose de a poco. Se acaricia los brazos, sigue cerrando sus ojos y como un niño en una cena de grandes, apoya su cabeza en la mesa y duerme.
Pablo la mira y se ríe. Te mira a vos y se ríe. Mira a todos y se ríe. Y Lily levanta su cabeza con el pelo parado y no dice nada.
Pasarán 5 o 10 minutos para que Lily despierte y vuelva a tener frío. Levantará su cuerpo de esa silla rota, lo mirará a Pablo y le preguntará si tomó...
-Sí, ¿y vos?
-No, ahora vuelvo.
Dirá Lily mientras arrastra los pies con sueño y dos buzos polar que le tapan la mitad de la cara.

lunes, 5 de abril de 2010

Poema interplanetario

El otro día te tocabas el pelo
como buclecitos por el aire
como esos fideítos que comemos
cuando nos cansó el tallarín.
Y pensabas en el universo,
en la humillante tarea
de sentirse una hormiga ninguneada
en el medio de millones de estrellas
con millones de años iluminando a la nada.

Hasta que viste
(entre las rendijas de tu persiana)
un objeto volador
no identificado.

Tuviste miedo,
muchísimo.
La adrenalina te subía al cuello
como esos mocos gigantes que atragantan.
Pensaste en quitarte la vida,
en liquidar a la especie humana
antes de que la marciana la conquistara.
Fabricaste prejuicios,
preconceptos.

Hasta que viste
(entre las rendijas de tu persiana)
la luz del objeto volador
que se acercaba.

Te dijo hola, ¿cómo estás?
Bien, respondiste con una voz
en terremoto.
Vine a dejarte este regalo, dijo el marciano.
Gracias, no tenías porqué.
Sí tenía, te contestó.
Es para que lo compartas
con los otros humanos.

Pero te lo guardaste
para vos solito.
Y yo te pregunté
que le dirías al marciano
si vuelve a la tierra
y pregunta por el regalo.
Y me contestaste no sé,
que me lo robaron.

jueves, 1 de abril de 2010

Si no ni

Ni el aliento de este vagón
puede destruir
el trote amable de dos piernitas
alejándose del mundo.

Ni vos,
Ni yo.

Ni todos los que fuimos
alguna vez
encomienda del hambre
y palabra viva.

Ni siquiera el sol
ardiendo desde el este,
como el adelanto
de una estrella enloquecida
que avecina a la muerte
y con ella la vida.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Tiempos violentos

Cuando la tarde cae,
alguien fabrica maleficios
y yo le contesto con un reggae podrido
de adivinanzas súper baratas.

Inútil. Pelotuda.

Y ahora que el vecino le grita,
de paso la caga a trompadas,
yo preparo mi discurso para los tribunales,
para ese conjunto de normas
respiratorias
que algún día buscarán salvarte.

Callate. Hija de puta.

La tarde se asfixia,
y su garganta lanza una llama,
que abriga,
te abriga,
como si ese sweater de odio
te fuera necesario para irte a la cama.

lunes, 15 de marzo de 2010

Consulta de expediente

Arriba,
arriba pequeño justiciero,
que el sol está quemando los pies
de ese pobre moribundo.
Arriba,
arriba pequeño justiciero,
que las sobras de mi cloaca están entrando en la casa
de esa vieja sin ojotas.

Y la corbata lo atraganta.
Mi risa lo condena.
Y su cara de expediente atrasado
le archiva el alma
en un cajón
sin desquicios.

viernes, 12 de marzo de 2010

Fin de los tiempos II

Ahora que llega el fin del mundo,
voy a pintar una rayuela en mi patio
y en cada salto un llanto,
y en cada llanto una risa
que asuste al canario de al lado
para que salga volando.
No seas tan cagón,
no seas tan esclavo,
canario.
¿No ves que tu dueño te congela?
¿No ves que ni un gato te desea?
No seas tan serio,
canario.
Que el orden de tu vida ya no significa vida.
Que la reja blanca que nos separa
es tan solo un espejo de tu saliva encuadrada.
Mi risa enfermiza te abre la jaula,
canario.
Ahora volá un poquito
y cagá encima del vestido turquesa que lleva esa petisa
o de la pelada aceitada que pasea ese muchacho
o de los papelitos que prostituyeron tu pelo amarillo,
y le quitaron filo a tu piquito afilado,
canario.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Liquidación

Como un perro marcando su territorio,
meo en rincones sin espacio,
rogando que este río amarillo
congele alguna vez tus pasos.
Y vuelvo al asfalto,
agarro una tiza,
escribo algo en la calle...
Y como un choclo, una bombacha o un hámster,
me pongo un precio
y alguien, en tan solo unos días,
me liquida.

Ring

No le pega,
lo boxea.
Para ver en cámara lenta
el hilito de la sangre doblando a la izquierda
y el diente inferior coleteando como Willy.

No le pega,
lo boxea.
Y en sus ojeras aparece el tobogán de la lágrima
que forma ese lago salado
donde los peces se asfixian,
los submarinos se derriten,
y mi pie deforme descansa
guiñándome una uñita encartonada
que ríe, ríe, ríe
Y nunca se corta.

Fin de los tiempos

Ahora que llega el fin del mundo
voy a acostarme en una plaza
para mirar la estatua de San Martín
y comentarle que fue todo en vano.
Que el planeta se hunde,
y que los caballos que lo acompañaron
navegan en nubes deformes
cansados,
enojados.
Porque les mentiste,
los tentaste.
Y ahora mueren de a poco,
sin libertad,
con la victoria enmantecada entre sus pelos
y los bustos de sus jefes oxidados
en el fondo del océano.

Acné

Esa noche
te sentiste joey ramone
y pensaste que mtv
hablaría de vos
como un granito verde
que pinta su mochila negra
con liquid paper.
Aguante river
Punk not dead.
Y el amor sentenciado con una
igriega
te sube las hormonas
a la nube más lejana
o a ese planeta ruidoso
de palos comidos por platillos baratos
y vinos despreciados
que todavía perforan tu tráquea.

Santa María de los Buenos Aires

Luces que tapan
las luces
gritan sinceras,
guiñan,
vomitan
el caldito del odio
que mezcla Dios
en su Essen.